En cuanto lo encuantras, mueves la cabeza hacia todas las direcciones intentando encontrarlo.
El cerebro humano es asqueroso, capaz de almacenar cualquier código, de perfumes, de lineas, de sonidos, de imágenes, e incluso, de recuerdos.
Entonces aparece cupido, con su estúpida flecha que se clava hasta lo más hondo de tu corazón.
El hombre queda embrujado, incapaz de olvidar todos los códigos.
-¡Parece que todavía estás loco! ¡Imbécil!
-Amor es lo que me hace enloquecer.
-Una marioneta ¡eso es lo que eres!