The princep of the dreams
PRÓLOGO
AÑO 2006
Todo era negro, sentía el frio y rígido suelo en su espalda. A lo lejos se podían oír algunas voces, voces que no se podía saber lo que decían; excepto una, una voz fría y joven que decía: felices sueños. Algunas conversaciones más, solo unas pocas, se podían distinguir a trozos.
Eran voces de personas, personas que habían abandonado sus casas para ir a aquel supermercado abierto veinticuatro horas que se encontraba a las afueras del pueblo.
Por lo que él pudo oír, no debían de haber mas de catorce personas, por lo menos no más de catorce hablando.
De repente una voz muy familiar interrumpió aquellas conversaciones, era una voz que chillaba con todas sus fuerzas, era la voz de una mujer:
- ¡MI HIJO, SE HA DESMALLADO, MI HIJOOOOooooo!!!
Él no pudo oír más.
La gente corría hacia el adolescente tendido en el suelo, la madre chillaba para que llamaran a la ambulancia pero ya la habían llamado unas tres personas. Un hombre de unos cuarenta años con el cabello oscuro intentaba reanimar al chico pero no lo logró.
En unos segundos el pánico se apoderó del momento y parecía que el tiempo se paraba y nadie respiraba.
El adolescente abrió los ojos, parecía que todo el mundo estaba intentando reanimar a alguien que se había desmallado. Por curiosidad se acercó pero no pudo ver la cara del joven que estaba tumbado, ya que la gente estaba amontonada haciendo un corro. Sin darse cuenta ya no veía a las personas desde el mismo angulo, ahora las veía desde el suelo. Sus ojos se cerraron sin que él lo quisiera, un sueño frio se apoderó de él y cerró los ojos, intentó abrirlos y ahora (por lo poco que veía) había gente al rededor de él. Entre las personas que le rodeaban vio a su madre, llorando, y escuchó la voz de un hombre de pelo oscuro diciendo:
-Casi no respira, la ambulancia tarda mucho... no se si aguantará.
