ADIOS

- Os echaré de menos, sí, pero no a todos... la puta razón es simplemente esta.. (¿increible?) semana. Cuantas cosas han cambiado ¿no? Tantas cosas han pasado en los 5 días de esta semana, que me han hecho madurar.. taaanto... (muertes, sucesos, amigos, familia..) Ahora entiendo el dicho ese de "Los verdaderos amigos solo se pueden contar con los dedos de una mano".. SOLO 4, solo a cuatro personas voy a echar de menos este mes, dos chicas y dos chicos.. me sabe muuuy mal irme sin solucionar tantas cosas, pero así es la vida. Y, creo, que este mes me vendrá bien.. sí, despejarme, desconectar, alejarme de este sitio.
D.O.
P.R.
L.J
JM.R
Os voy a echar de menos.. GRACIAS por todo.. hasta dentro de 30 días
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VERDAD Y DOLOR... (Escrito por Paula Rodríguez Rodrigo)

Despacio, pensaba… tumbada en mi sofá, sin dejar de pensar desde el más escondido y oscuro rincón de mi mente y de mi corazón, hasta la parte más lucida y transparente a mis ojos de cualquiera que mire a través de ellos… Dolor, rencor es lo único en lo que puedo pensar en lo que tan solo mi cuerpo puede manifestar… palabras, esas palabras que pudieron a ver estado tan cerca de tu boca y tan seguras y firmes a mis oídos…cuando me mirabas a los ojos, esas las cuales no fueron pronunciadas por tus labios y tu cariño para mí sino para ella…Palabras que ya estaban escritas en algún lugar del tiempo… Lloro, pienso, como pude pensar que algún día te tendría entre mis brazos, que te susurraría todo aquello que siempre he escrito en folios pero nunca me había atrevido a decírtelo en persona, aquello que tenía que haber dicho y demostrado antes… tantos momentos creados por mi pequeño cerebro… enviados desde los confusos latidos de mi corazón con la cantidad suficiente de amor para sonsacarme una sonrisa de felicidad aun pensado que tan solo es una ilusión que en realidad a la que besas y abrazas es a ella… tan solo ella…Idiota, si era una imbécil diciendo todas esas cosas tan poco cariñosas por no haberme atrevido a decirte en algún momento la dura realidad, que estoy enamorada de tí… y ahora, ahora no puedo parar de pensar en que hubiera pasado… si yo.. no puedo, mis fuerzas mi única esperanza que brillaba en mi interior había estallado en mil pedacitos imposibles de volver a juntar… algunos como tu rostro perdidos en aquel universo como un agujero negro… no te quería como pensabas, y que tan solo me conformara con sentir tu respiración junto a la mía.. como tantas veces habíamos descrito… mirarte sentir tu mirada clavándose en la mía convalenciente de poder mover cualquier músculo de mi cuerpo, sin dejar de temblar mientras notaba tu presencia tan cerca… poder acariciarte…PLAF! Desapareció…Hacia tanto tiempo, que pensaba contigo por la noche… cuando era inconsciente de lo que mi mente creaba cuando yo dormía, y ahora escondida detrás de estas palabras YO, no admito que tengo la culpa de haberte dejado escapar de mis manos, por haber sido de aquella manera, y pensar q tú.. q tú me querías… insólita e inocente niña perdida en un esperanza menos creíble que un te quiero tuyo…
DETRÁS DE UNAS PALABRAS QUE NUNCA SERAN VERDAD PARA TUS OJOS Y TU CORAZÓN…
SIMPLEMENTE TENÍA MIEDO, POR PERDERTE, POR DECIRTE QUE TE QUIERO... POR EXPRESAR MIS SENTIMIENTOS.. :'(

Escrito por Paula Rodríguez.

LA CIUDAD DORMIDA

Tengo sueño. La noche ya está completamente vestida de negro.

Miro mi reloj de pulsera, las cuatro menos diez de la madrugada. Mis rojizos ojos hacen un gran esfuerzo por cerrarse, pero yo no les dejo.

El aburrimiento inunda en mi mente, en mi ser. No tengo ni la menor idea de lo que puedo hacer, además, tampoco puedo hacer mucho ruido, toda mi familia está soñando justo debajo de mis pies, en la primera planta de la casa. Me pregunto en qué remoto lugar se encuentran ellos en su sueño.

Levanto la cabeza, estiro los brazos, hago crujir mis dedos, me incorporo en la silla, me seco el sudor de mi frente y finalmente me levanto. Observo tras el sucio cristal de la ventana la ciudad dormida, es un puro desierto, no circula ni un solo coche. Tan solo se alumbra la calle con la amarillenta luz de las farolas. Noto una presencia, veo por un lado como algo se mueve, es una persona que se encuentra justo en la esquina derecha de la calle, en la acera de enfrente de mi casa. Ahora esa “persona” anda hacia la mitad de la calle. Es un hombre y lleva una cazadora negra ¡con el calor que hace!

Un gato negro y blanco moteado se cruza en su camino, el hombre introduce su mano derecha en el interior de su cazadora y saca un cuchillo. Me asusto y desvío mi mirada hacia el interior de mi casa. Mi corazón funciona a más de tres pulsaciones por segundo, me va a estallar del shock. Un maullido rompe el silencio de la ciudad dormida. Cierro los ojos por el dolor, escucho como alguien de mi familia suspira en su cama. Decido bajar la persiana e irme a mi cuarto.

¿ESCRIBIR?

Es como pensar… como hablar con la mente… como si un pájaro sin su piar pudiera volar y alegrar el violáceo cielo que despierta el nuevo día.

Pienso.

Toda mi emoción, mi alegría, mi énfasis, o, tal vez, mi enojo, recorren todas las venas, todos los huesos, cada una de las vertebras hasta, finalmente, concluir en un movimiento que transmitirá una idea, hará que reflexione alguna persona, formará parte de la memoria de un ser humano e incluso sentirá algo, no importa qué sienta, tan solo importa que note una migaja de sentimiento en su interior.

Finalmente mi cuerpo transmite esta idea desde mi gelatinoso cerebro hasta la pantalla de mi ordenador.