sábado, 31 de octubre de 2009

TOM, EL COMIENZO.

Una noche del mes de abril, justamente la madrugada del 6 de abril; en Inglaterra, en una calle de la gran ciudad de Londres; se podía observar a dos personas de gran altura, una de ellas no era ni flaca ni gorda, sin envargo la otra tenía una mediana altura con una figura flaca como un palillo.

Un gran ruido rompió el silencio, algo caía del cielo como si fuera una gran bola de fuego...

Tom sobresaltado se despertó dando un gran chillido, que segun él pensó, y cualquier otro chico adolescente también lo habría pensado, se habría oido hasta la otra punta del pueblo.

Se oyeron pasos, la manibela de su puerta se dobló dejando pasar a una mujer no muy alta, regordeta y rubia, con una cara llena de arrugas. Era su abuela, que al oir aquel chillido se había sobresaltado y había ido corriendo hasta su habitación. Dijo con voz agotada:

-Hijo, Tom, ¿te encuentras bien?

-Sí, abuela me encuentro perfectamente -respondió con voz costipada.

-¿Qué te ha ocurrido?

-Nada abuela, solo a sido una pesadilla.

-Bueno, pues intenta calmarte y vuelve a dormir.

La abuela se giró y se fué cerrando la puerta tras sus espaldas.

Tom vivía con su abuelos, ya que sus padres habían muerto en un accidente de autobús, pero le parecía estraño que su abuela no tuviera una sola foto de él ni de sus padres juntos o separados. Ni siquiera una de su nacimiento o bautizo.

(Este fragmento de "Tom: la profecía secreta" lo escribí cuando tenía aprox. 12 años).

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