viernes, 4 de septiembre de 2009

Impregnado de Glóbulos Rojos

Cada vez que pienso en eso mi cuerpo tiene una sensación de vacío. ¡Eso es lo que le falta!

Me siento como un vampiro minutos antes de saciar su sed, su apetito con su primera presa. Su naturaleza, diferente a la de los demás, le pide sangre. Me siento como uno de ellos, los que todavía no han manchado sus deslumbrantes colmillos blancos con el líquido impregnado de glóbulos rojos.

Lo probé hace tiempo, pero percibí el estado de un animal carnívoro comiendo hierba, no estaba abarrotado, más bien estaba igual que antes.

Me enloquezco.

Sé que no es mi género que me procede de raíces, pero me enloquece.

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